más que temer a la muerte, hay que temer a la vida no vivida.

martes, 10 de noviembre de 2015

Raíces errantes

Dicen que un árbol extendió al cielo sus ramas
agitándolas al viento en plegaria.

Y dicen que susurró a las estrellas errantes
para dejar atrás las raíces que le frenaban.

Dicen que quería ser un arbusto rodante
y recorrer mundo con el viento cambiante.

Dicen que las Perseidas escucharon su ruego
Pero convirtieron su petición en sueño.

Dicen que, cada vez que el árbol dormía,
el viento lo arrastraba como el quería.

Dicen que, mientras el árbol tenga raíces,
sólo en sueños, viento y árbol jugarán felices.

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