En la soledad, cuando mi alma llora de amargura
siento el viento acariciar mi frente
calmando los tormentosos
pensamientos de mi mente
que atenazan mi cuerpo y mi cordura.
En la soledad, tiemblo de emoción
ante los sentimientos inalcanzables que,
bullendo cual tifón,
aumentan mi soledad a uno solo.
Bo, Pamplona, la historia de mi vida.