más que temer a la muerte, hay que temer a la vida no vivida.

jueves, 5 de agosto de 2010

De nariz a nariz

De payaso a payaso, te diré que siempre deseaba que mi sonrisa fuera el reflejo de las sonrisas de aquellas personas que me rodeaban.

Mi sonrisa no era clara, y no brillaba por sí sola. Así, como la luna refleja la luz del sol, mi sonrisa reflejaba el brillo de la gente que me rodea. No sé si era más por egoísmo o por la necesidad de absorber la energía.

Ahora me doy cuenta de que ha de ser recíproco, y hacer que las sonrisas de los demás sean el reflejo de la propia. De otra forma, seríamos parásitos, egoístas seres que absorben  y absorben de los demás, sin dar nada a cambio. La energía que así obtenemos son breves chutes de energía, efímeros en su naturaleza porque necesitamos de los demás para cargar nuestra batería y desaparece cuando estamos solos.

Sin embargo, la forma menos agotadora de obtener energía es dar la que tú tienes por poca que tengas. La ley kármika del universo se encarga de equilibrar la balanza. Usa el sistema de vasos comunicantes para rellenar aquella energía que has volcado en los demás, para que la absorbas.

Dar y recibir, la eterna ley del universo. Das y recibes. Si recibes amor, devuelve amor. Si recibes odio, devuelve amor, porque probablemente sea lo que necesita esa otra persona para equilibrarse. Y el amor que das se recargará para equilibrarte a ti también.

Así pues, triste payaso. De nariz a nariz te lo digo: regala tu más preciada sonrisa a aquellos que no la tienen, porque cuando consigas que caiga el velo y descubran sus perlas, éstas brillarán con tanta fuerza que tu sonrisa, fiel reflejo... deslumbrará.

De payaso a payaso... mi mejor sonrisa para ti.